lunes, 29 de noviembre de 2010

Biografía de Hernán Diomedes Ortega Arellano

HERNÁN DIOMEDES ORTEGA ARELLANO

Su nombre era Hernán Diomedes Ortega Arellano quien nació en Santa Lucia en 1912 y recibió sus primeros años de estudio en un colegio en el municipio de Pupiales, tuvo la suerte de tener a su padre y a su madre muchos años a su lado, hasta que falleció Doña Pompilia Arellano y después de algún tiempo Don Efraín Ortega Bastidas dejando en vida nueve hijos, y de ellos, Don Hernán fue el último descendiente.
Sus dos padres eran de Ipiales, y su abuelo, el coronel Rafael Arellano, muy conocido en la política del Ecuador, era un liberal extremista y fue uno de los próceres de la independencia de este país.
Luego, Don Hernán pasó al Ecuador, donde contrajo matrimonio con Doña Zoila Mantilla en 1951, teniendo aproximadamente 40 años de edad, pareja de la cual nacieron cinco hijos, todos en Tulcán: Jairo, Alba Lucia, Carmen, Hernán y Nubia, quienes fueron educados en universidades de Quito; Actualmente todos tienen su familia muy bien conformada.
Él, como su abuelo, del cual se sentía extremadamente orgulloso, fue un gran liberal, por lo cual lo amenazaron varias veces debido al conflicto que vivía Colombia en aquella época. La más grave fue cuando mucho antes de contraer matrimonio fue amenazado de muerte y como era muy amigo de las hermanas franciscanas en la ciudad de Pasto, le avisaron que iba a ser asesinado y después de esconderlo esa noche en el convento, a la madrugada escapó a Ecuador donde conoció a Doña Zoila Mantilla y con ella conformó un hogar muy estable. Una vez estando en el Ecuador sufrió una intoxicación que por poco acaba con su vida. Sin embargo fue trasladado a una excelente clínica en Quito donde los médicos le salvaron la vida; aparte de ello, toda su vida tuvo que cuidarse del consumo de azúcar debido a que sufría de diabetes, sin embargo y a pesar de lo anterior, siempre tuvo una salud admirable aun con una longeva edad.
También comenta Doña Zoila, que era un hombre muy dedicado a su hogar y a sus hijos, muy trabajador, excelente amigo y muy generoso.
Fue alcalde del municipio de Pupiales, nombrado por el partido liberal en el gobierno de Laureano Gómez, que para su desgracia era de corriente conservadora, por lo cual tuvo muchas problemáticas en el ejercicio de su alcaldía. Sin embargo hizo muchas obras durante este periodo, entre las que se destacan: la donación del mercado de animales de Pupiales, el cual lleva su nombre, además de la donación de la cantera en la provincia del Carchi, la que aún está en explotación. Así mismo, existe una calle en Tulcán que lleva su nombre en memoria de las obras que hizo en aquél lugar.
Aparte de la política, se dedicó toda su vida a la ganadería y a la agricultura, especialmente a la siembra de papa y demás productos que se cultivaban en el lugar; tenía muchas propiedades en las que explotaba su tierra y mantenía a su ganado, el cual era de excelente calidad, por lo que siempre era contratado por empresas de lácteos para la compra de aquellos productos.
Por todo esto, mantuvo siempre a su familia económicamente estable y de una manera completamente legal, pues cuenta Doña Zoila que a pesar de ser una familia muy bien acomodada, Don Hernán siempre aborreció la ilegalidad, era un hombre muy recto y por ello prefería trabajar el dinero que obtenerlo fácilmente en negocios turbios.
Luego de permanecer en Ecuador varios años, se trasladó a Pasto con toda su familia, donde fijó su residencia, en primera instancia anticrezando una casa en la Avenida de los Estudiantes, para después de algunos años comprar el lote donde se edificó la casa que hasta ahora habita Doña Zoila Mantilla y algunos de sus hijos y nietos; esta casa fue construida con planos traídos desde el Ecuador de un arquitecto muy reconocido en el lugar. La familia lleva viviendo en esta casa 35 años aproximadamente, pero en Colombia llevan viviendo 50 años.
Le gustaba viajar mucho, pues era partidario de gozar el dinero en cosas que valieran la pena, y entre las que más le gustaban era recorrer el mundo junto a su esposa, por lo que conoció muchos lugares en el extranjero. Toda la vida mantuvieron carros, a veces dos, pero normalmente solo un campero, que les servía para trasladarse a las propiedades que quedaban relativamente lejos.
Después de ejercer su alcaldía, se retiró de la política, para dedicarse por completo a su familia, ya que en aquella época inició toda la violencia en Colombia por lo cual sufrieron mucho, viajaban frecuentemente a Ecuador porque allá vivía la familia de Doña Zoila y una de sus hijas que contrajo matrimonio en este país.
En esta época hubo mucha violencia, mucho secuestro por lo cual les daba temor, y se vieron obligados a viajar a Ibarra y permanecer en este lugar durante dos años, en los cuales venían con frecuencia a visitar a la familia hasta que se estabilizó la situación y volvió a Pasto. Algunos años más adelante, al evidenciar que mucha de la leche producida en Pasto y los municipios a su alrededor era desperdiciada y tenían que regalarla, debido a los problemas de carreteras y de la baja economía de esta ciudad, decidió junto con los hermanos Chamorro y Rafael Villareal crear la primera empresa de lácteos en Pasto que aún sigue en función, pero con otro nombre.
El golpe más duro de su vida, según su esposa, fue cuando tuvo que vivir la muerte de su hijo menor: “Jairito”, hecho que golpeó fuertemente a la familia debido a las circunstancias en que murió, dejando a su esposa y dos hijos de muy corta edad. Aparte de ello, narra Doña Zoila que esta muerte fue algo muy catastrófico, ya que como su padre, Jairo era un gallero muy reconocido y al venir del lugar donde jugaba, con algunos tragos en la cabeza, fue asesinado por un soldado en la carretera que conduce a Catambuco, supuestamente por error. Sin embargo, este soldado está pagando una larga pena en la cárcel por cometer un crimen de tal magnitud, aunque es evidente que el espacio que dejó en la familia, por más años que permanezca en la cárcel, nunca lo podrá llenar de nuevo, y más aun sabiendo que uno de los hijos de Jairo había nacido tan solo tres meses atrás, y la hija tenía unos 5 años, por lo que es un hecho bastante doloroso.
Por otra parte, a Don Hernán le gustaban mucho las fiestas familiares, por lo que las organizaba muy frecuentemente, así como también tenía la costumbre de matar un cerdo cada 4 de enero en la finca y disfrutar junto a su familia una gran fiesta a la que asistían gran cantidad de campesinos del lugar.
Sus dos aficiones más grandes fueron: Los gallos, juego en el que tenía mucha suerte, pues contaba con uno de los mejores criaderos de todo Nariño; y las cabalgatas, teniendo también en su poder varios de los mejores caballos de la región.
En el 2001 cumplió las bodas de oro con Doña Zoila Mantilla, las cuales, según afirma muy tiernamente ella misma: “Son 50 años de mi máxima felicidad”. Estas bodas se celebraron en una de sus fincas, en el municipio de Chachaguí, la cual aún sirve como lugar de veraneo de la familia.
Una de sus anécdotas más recordadas es cuando su hija mayor estrelló uno de sus carros contra la puerta del garaje; cuenta la historia que ella con sus amigas decidió sacar la camioneta recién comprada a dar una vuelta mientras Don Hernán estaba en una de sus fincas, cuando ya estaba llegando a la casa, alcanzó a ver que venía ya muy cerca su padre en la otra camioneta y por los nervios causados que no fuera vista, en vez de frenar frente a la casa, aceleró y tumbó completamente la puerta del garaje; inmediatamente llegó la policía y se iba a llevar detenida a su hija. Sin embargo llegó precisamente en ese instante Don Hernán y ya cuando Nubia le había explicado lo ocurrido, impidió que la llevasen detenida.
Cuentan sus hijos que era muy exigente, por lo que le tenían mucho respeto. Sin embargo también les daba muchos gustos, entonces, por ejemplo, a la hija mayor, la recogía con sus amigas y las iba a dejar a las fiestas, lo cual en aquella época no era muy común de ver, pues también cuentan que era muy celoso, es decir, cuidaba muy bien a sus hijas y debía ver con quien estaban saliendo para aprobarlo.
Otra de las historias que le costaba creer a Don Hernán, en la que tenía que ver “El capi” (mi padre)”quien realmente  fue alguien…como lo dice su propia madre: “difícil de educar”, entonces en esta graciosa historia, me cuenta Doña Zoila que mi padre estaba aún en el colegio cuando uno de sus compañeros lo molestaba mucho por su característica más sobresaliente: su baja estatura, entonces , cansado de ello, llegó a la casa y sin que Don Hernán supiese lo que iba a ocurrir, sacó de su escondite el revolver con el que mi abuelo se defendía de los delincuentes que asechaban sus propiedades muy a menudo, y lo llevó al colegio mientras Don Hernán almorzaba.
Al llegar, alcanzó a ver cruzando el patio del colegio al “pájaro” que era quien lo molestaba tanto, entonces desenfundó el arma y sin importar cuantos ni quienes lo estuviesen viendo, disparó hacia el piso, haciendo que todo el escudo que durante años había estado en el centro de este majestuoso patio, se rompiera en mil pedazos, y con él, también acaben por completo los molestos comentarios del dichoso “pájaro”.
Después de mucho rogar, Don Hernán logró que lo aceptasen de nuevo en el colegio a su hijo; esfuerzo que no tardó en echar a perder, cuando en una protesta de la universidad de Nariño, lanzó una masetera desde un tercer piso, desmayando por completo a un policía de antimotines; hecho que reiteró la necesaria expulsión de este colegio.
Estas historias, comprueban que a pesar de haber sido un padre muy exigente, le ocurrieron cosas con sus hijos, que graciosamente las recuerda Doña Zoila hoy en día, pero que en su momento fueron hechos lamentables y vergonzosos.
Otra de sus anécdotas que contaba frecuentemente en las fiestas familiares, es en la que en una finca que tenía en Ecuador supuestamente había un alma en pena que rondaba el lugar.
La historia cuenta que mi abuelo tenía una cuidadora que muy temprano en las mañanas debía ordeñar las vacas y llevar la leche a la casa que quedaba a unos 300 metros de donde estaba el ganado. Entonces, después de haber escuchado muchos ruidos extraños, de haber visto que las luces aparecían prendidas, aun cuando había acabado de apagar toda la casa, y después de escuchar la historia de la muerte de un sacerdote en aquella finca, comprobó la existencia del alma en pena de dicho cura, cuando la cuidadora empezó a decirle que veía todas las mañanas que este sacerdote la seguía, y obviamente Don Hernán jamás le hizo caso, hasta que una vez, la cuidadora le pidió que la acompañe a hacer sus tareas diarias para que lo compruebe con sus propios ojos, y así lo hizo; cuando llegó al lugar, ella le decía que lo estaba viendo y mi abuelo realmente no veía nada, por lo que la despidió pensando que era una broma de mal gusto y al poco tiempo, los campesinos del lugar le informaron que la muerte de este sacerdote era completamente cierta y que contaban “por ahí” que en esta finca había una “guaca” con muchos objetos de oro, que al parecer iba a ser otorgada a la cuidadora, y que por esta razón el sacerdote la seguía con el fin de que la encontrara.
Don Hernán Ortega tiene infinidad de historias tan interesantes como ésta, que comprueban una vez más, que su vida fue muy controvertida y con muchas vivencias que quedan de legado a toda la familia.
A los 92 años falleció por causas naturales, ya que en los últimos días de su vida sufrió un poco del corazón y tras un paro cardiaco murió, y junto con él se fueron cientos de recuerdos que contarlos uno a uno sería obra merecedora de grandes premios, pues nos deja un ejemplo a seguir de una persona con cualidades tan admirables.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Un millón de años en el infierno

Apenas tenía 10 años y cursaba quinto de primaria cuando sentía tal vez el miedo más grande de su vida.
Aproximadamente a finales del 2004, estaba aún en el colegio cuando empezó a sentir un dolor realmente fuerte en su estomago, salió de clase y advirtió a su profesor sobre lo que le ocurría sin obtener el resultado que esperaba, pues al pensar que era un dolor común y corriente y no tan fuerte, lo devolvió al curso normalmente.
Al salir de clase a las 4:30 de la tarde, afuera del colegio lo esperaban sus amigos para ir a jugar como cotidianamente lo hacían, pero el dolor aumentaba más y más, y por ello decidió sin decir ni una sola palabra, irse para su casa a pie y completamente solo, aunque realmente no quedaba muy lejos, tan solo era pasar unas cuantas cuadras y llegaría a su portería, donde el celador al verlo bastante pálido y con una mala cara, le pregunto que era lo que le ocurría mientras le mostraba con un gesto que no había nadie en su casa.
Él, al sentirse cada vez peor, se empezó a desesperar y le pidió al celador que llamara a su mamá o papá con el fin de llevarlo al hospital, pero lastimosamente no tenía el número de ninguno de los dos, por lo que le aconsejó que se siente en una vieja silla en la que el portero descansaba su laborioso día. Se sentó, recogió sus piernas hacia él y puso la cabeza entre ellas prácticamente gritando del dolor.
Dentro de la media hora más larga de su vida llegó su madre del supermercado por lo que venía con varias bolsas en las manos; Juan José pidió que las dejase en la portería y que fueran al hospital inmediatamente pues el dolor se tornaba cada vez más insoportable, su mamá empezó a preocuparse y subió al apartamento a darle una pastilla común para el dolor de estomago, y al ver que no le hacia efecto en más de una hora, decidió llevarlo a urgencias.
Al salir, su madre revisó afanadamente si llevaba el carnet y los estorbosos papeles necesarios en su cartera, paró un viejo taxi que pasaba en ese momento y le rogó que “volara” hacia “Saludcoop EPS” donde sería atendido.
Cuando llegaron, la cara de Juan José se preocupaba mucho mas al saber que antes de él había unos siete pacientes aproximadamente esperando el mismo turno, pero de algo si estaba completamente seguro, y era que ninguno de ellos sentía lo que para Juan José era el peor dolor existente en el mundo. No había más que hacer, solo restaba esperar hasta que ese largo tiempo transcurriera entre ese instante y lo que se demoraría en llamar su nombre.
De repente, suena aquél fastidioso parlante, anunciando que era su turno; entró al consultorio, donde un amable medico lo atendió, sin embargo el dolor era tal, que su amabilidad pasaría a un segundo plano, pues lo único que en ese momento quería era que le den una “pastilla mágica” que desapareciera por completo aquel terrible sufrimiento, pero obviamente eso no era posible, pues al diagnosticar su padecimiento, con una delicada voz dijo: “su hijo tiene apendicitis, y temo decir que es necesaria una pronta cirugía”.
Juan José describe que esas palabras invadieron absolutamente todo su cuerpo y que el temor no cesó hasta muchos días después, ya que estaba en juego su vida.
Sin pensarlo demasiado, la mamá aceptó que se le practique esa cirugía inmediatamente, de esta manera pidieron que se quite la ropa y se pusiera una bata para la operación, que esperara en la sala de cirugías y no hiciera mucho esfuerzo.
Cada minuto que le obligaban a esperar, era como vivir “un millón de años en el infierno”-menciona Juan José-y dice que veía como pasaban uno a uno cientos de pacientes, unos al borde de la muerte, otros tantos con un simple malestar y él en una oxidada silla junto a su madre y llorando por lo que sentía en su interior.
Suena nuevamente el altoparlante, llamando a los enfermeros y al cirujano, y sin mencionar nada, dos enfermeros rápidamente lo acuestan en una camilla y lo llevan entre muchas puertas de vaivén hacia la entrada de un salón que –con algunas letras sin prender- decía: “Quirófano”; al entrar, el cirujano pregunta sobre lo que atenderá, como si se tratara de un animalito cualquiera, los enfermeros en “extraños términos” le dicen que tiene apendicitis, y que era necesaria su extirpación, el médico pide que lo acuesten en la camilla y con una unísona cuenta de tres lo levantan en la sabana que traía debajo de él.
La luz blanca cegaba sus ojos y solo podía ver cuando el médico pasaba su gorro frente a ella, con esa mirada penetrante entre el tapabocas y el gorro que lo hacían atemorizar aun más. Con una voz bastante ensayada le dice que todo saldrá bien, y que no hay porque temer, que no es algo muy grave, por lo cual intenta relajarse un poco. El médico pide que sostenga sobre su boca ese aparato que sirve para oxigenar, y poco a poco se fue adormeciendo hasta que sus ojos se cerraron completamente.
Al despertar, se encontraba junto a su madre aún en el hospital y le dice que no hay problema, que todo había pasado, que ya no había de que temer, pero este miedo volvería cuando después de unas cuantas semanas se enteraría que iba a ser operado de nuevo, pues lo que realmente tenía era Peritonitis…
FIN

martes, 9 de noviembre de 2010

Un día de lluvia

Recuerdo que… si, aún lo recuerdo, tenía tan solo 5 años de edad cuando me levanté entre aquellos fríos días de agosto y con las cobijas aún entre mis piernas, miré hacia afuera como la torrencial lluvia amenazaba mi caluroso sueño, pero ahí estaba, mi madre aún estaba en frente mío prácticamente rogándome para que me levante, pues ya era hora de ir al colegio y la buseta estaría por llegar en muy poco tiempo; me dijo que me bañara en contados segundos mientras ella me preparaba algo de comer, a lo que yo asentí con mi cabeza pero a la vez pensaba en lo que me costaría levantarme de ese “lugar fantasioso”, aunque sabía que desde lo más profundo de mi ser, había algo que me obligaba a hacerlo, y a hacerlo velozmente, no sé que era, de pronto un quiz importante o llegaría el tan anhelado día en que algún visitante o conferencista interrumpiera nuestras aburridas clases para darnos una charla sobre “temas de nuestro interés”.
¡Pero en que estaba pensando!, si aun estaba a comienzos de transición, ¿a qué conferencista con sus cinco sentidos intactos se le ocurre ir a dar una charla a niños entre 4 y 5 años? y si dicho conferencista existiese, ¿de qué nos hablaría? ¿De cómo jugar al “tope” de una mejor manera? No lo creo. Sin embargo, mientras pensaba en todo esto, mi madre enfurecía a medida que el tiempo avanzaba sin piedad de nadie ni nada.
Si, en verdad tenía razón, estaba a tan solo 15 minutos de que mi buseta llegue, y lo que más me dolía era que tenía que ir a esperarla, o más bien a alcanzarla, hasta la puerta de mi conjunto, el cual con 16 casas de por medio y en comparación con mis piernas aún en desarrollo, era un largo recorrido. Pero a pesar de ello, me levanté, caminé hacia el baño, me duché con gran velocidad, y me vestí; todo en 8 ó 10 minutos, record que nunca antes había alcanzado. Mi madre, asombrada del poco tiempo que gasté en hacerlo, me felicitó, y con un beso en la mitad de mi frente me dijo que el desayuno estaba servido hace mucho tiempo y que debía ir rápido a comer, pues volvería a enfadarse si le decía que estaba muy frío para mi consentido paladar.
Tal vez, fue el desayuno mas delicioso que jamás hubiera probado, y aunque era el mismo que comía un día común y corriente, su sabor era más exquisito de lo normal a pesar de no saber que ese día, mi vida cambiaria por completo. De pronto esa era la razón de su incomparable sabor y estaría por descubrirlo.
Al acabar de desayunar, mi madre bajó corriendo las escaleras con mi “gigante” lonchera entre sus manos y puso en ella un poco de mecato, no recuerdo que era pero seguramente se componía de algún paquete de los que me encantaban y un juguito “Hit”, algunos dulces o bomombunes y un pastelito preparado por ella misma. En esas, suena el sitofono avisándonos que la buseta estaría por irse de no ir rápidamente, por lo cual, con una mirada compartida, salimos despavoridos hacia  la portería; al llegar, mi madre paró, me abrazó y me dijo: “Que le vaya bien, Dios lo bendiga” y con una sonrisa subí a saludar a mis compañeritos que ya estaban en la buseta.
El recorrido era bastante largo, pues era de los primeros en ser recogidos, por lo que me ubiqué en el último puesto, “el de la ventana”, para no aburrirme mientras llegaba a clase; miré a través del vidrio y seguía lloviendo descontroladamente, (suelo distraerme cuando las gotas de lluvia caen sobre la ventana, e intento seguir su recorrido hasta que finalizan su vida en el filo de ella).
De ese día hay muchas cosas que ya no debo acordarme, pero muchas otras si, y recuerdo que comentaba con “Manuelito” (el amable chofer de la buseta) que hacía muchísimo frio, como si el clima estuviese en mi contra y me avisara que algo muy malo ocurriría, cuando en realidad era uno de los días más felices de mi vida. Llegaban uno a uno mis compañeros y nos saludábamos desde lejos, sin siquiera un apretón de manos o un beso en la mejilla (éramos aun muy niños para hacerlo sin que alguien nos lo obligue), cantamos, reímos y hasta uno de ellos lloraba porque dejaba a su mamá; los demás estábamos acostumbrados a ello, pues era escena de todos los días.
Al llegar al colegio, la profesora Nancy me pidió que no entrara a clase, y que la acompañara a la dirección, aquella “guarida de la temible directora Cristina”, obviamente no era así, a mi edad actual me doy cuenta que simplemente era una persona exigente. Al entrar, me saludó mas efusivamente de lo normal, y eso me desconcertó mucho, me dijo que se había tomado una decisión en el concejo académico y que tenía los suficientes conocimientos para pasar directamente al grado primero sin cursar transición; evidentemente era mucha e importante información para procesarla en mi mente, por lo que quedé perplejo durante varios segundos sin pronunciar una sola palabra.
Cristina sonrió al verme tan asombrado y me pidió que contestase un examen para corroborar aquella decisión; con mucho miedo lo miré y empezó a fluir en mi cabeza todo lo que sabía, contesté acertadamente todas las preguntas, pues realmente no era muy difícil, aunque para muchos de mis compañeros de curso si lo hubiera sido.
Al revisarlo, cristina me dijo: “¡Dicho y hecho! Ahora estas en grado primero”, cogió de mi mano y me acompañó hasta el curso de primero A, realmente confieso que no lo asimilaba hasta ese momento, es más, podría asegurar que no solo hasta ese momento, sino también muchas semanas después.
Llegamos al curso, y las miradas a través de la puerta del mismo apuntaban directamente a mis ojos, pues creo haber sido el único en no saberlo, todos mis nuevos compañeros ya estaban incluso preparados para lo que me dirían y lo que harían cuando esté junto a ellos.
Me saludaron al unisonó y la profesora me presentó con mis datos más importantes: mis nombres y apellidos, mi edad, mis gustos y el porqué de mi extraña visita. (Hasta ahora no sé porque sabía tanto de mí, si era la primera vez que me veía) pero eso no era lo importante, de todas maneras ya estaba adentro y ahora debía acostumbrarme a nuevas amistades mientras era acosado por la extraña mirada de todos, ¡hasta de la profesora!
La clase continuó normalmente y en ese momento empece a sentirme uno mas de ellos, de verdad que me siento muy orgulloso de eso.
Ahora no se realmente a quien agradecerle, ¿al destino?, ¿a mi esfuerzo en el estudio? ¿a aquella frase de mi madre: “Dios lo bendiga”?...no lo sé, lo único que sé es que desde ese día mi vida cambió completamente, pues conocí a la mejor generación de todo mi colegio, conocí a mis más cercanos amigos, a quienes tal vez nunca hubiera conocido si no hubiese asistido a clase aquel día, ¡aquel día de lluvia!
FIN

lunes, 8 de noviembre de 2010

Tan solo

Permíteme cuestionarte
En absoluto no estoy de acuerdo
En que para enamorarte
Se requiera tanto talento
No te niego que eres hermosa
Que como tú no encontraré alguna
No te niego tu aroma a rosa
Ni que eres una fortuna
Tal vez hoy acepte
Que al verte me vuelvo loco
Pero eso no me impresiona
Pues creo que me equivoco
Porque habría de impresionarme?
No eres mayor cosa
Tan solo una bella rosa
Que me enloquece con mirarme
Tan solo mi más grande sueño
El que me saca mil sonrisas
Tan solo mi mundo entero
Quien me alegra todos los días
Pero no seas presumida
No es mayor cumplido
Que me falten los latidos
Hasta que tú te decidas
Tan solo eres una dama
Una dama como ninguna
A quien mi corazón ama
Y es como sol y luna
Pero qué difícil es mentirte
No me puedo engañar
Simplemente eres mi todo
Tan solo te quiero amar…

Hábitos

Caracol de amor

Piky: Un pequeño gigante

Qué manera de despertar a alguien!! No se porque les incomoda tanto que duerma un poco…Aún cuando saben que es tan difícil bajar de tan alto árbol!!...pero bueno, no diré nada, no quiero pelear como todos los días con estas “personitas”…Buenos días Chintonita, como amaneciste?
[Sin contestación]
Odio que me dejen hablando solo, pero estoy decidido a no pelear, no hoy, pues es un gran día, es un día especial y no lo quiero arruinar con pequeñeces…hoy es día de Triktolis, se que quien esté leyendo esto no sabrá que significa, entonces lo explicaré: El día de Triktolis es….no no un momento, primero debo aclarar quién soy y porque cuento esta historia.
Me llamo Piky, y se escribe con “y”, veo muy importante aclarar esto porque tampoco me gusta que escriban mi nombre mal, soy un deditos, mmm la verdad no sé cómo empezar, pues todo lo que tengo que contar es muy grande y difícil de explicar, pero no importa, todo sea por narrar una historia tan bonita; como venía diciendo soy un deditos, los deditos somos una especie que muy pocos conocen, por no decir que nadie nos conoce, sabemos ocultarnos muy bien del mundo que nos rodea, los deditos somos como unos humanos pero muy chiquitos, pues medimos tan solo entre 20 y 25 centímetros, el más grande de nosotros mide 28,3 centímetros…un gran record para la aldea.
Los deditos existimos desde hace millones de años, mucho antes de la existencia de los humanos, que de ahora en adelante los llamaremos como en mi aldea: nupis y aunque sé que quien lea esta historia seguramente sea un humano o Nupi, no me quedaré sin decir que no son de nuestro agrado por la manera en que tratan a la madre tierra, sé que no son todos, pero si la mayoría…con sus maquinas, sus construcciones, su forma de usar los recursos que nos han dado para disfrutarlos y aprovecharlos mientras los nupis los destruyen, pero ya había dicho que no quería pelear hoy.
Nuestra especie esta regada por todo el mundo, en todas partes, en cada rincón del planeta, es más, existimos muchos más deditos que humanos, y suena tan gracioso que aún no exista el primer humano que nos haya visto!!...pero si, hacemos parte de su vida, compartimos con ustedes, a cada momento y en todo lugar, solo que nos escondemos muy bien de sus ojos torpes y distraídos siempre pensando en otras cosas.
Es divertido hacer algunas travesuras con los nupis, como esconderles las cosas, las llaves, el celular o cositas pequeñas, es decir, pequeñas para ellos…porque para nosotros son bastante grandes y pesadas, lo hacemos muchas veces, casi todos los días, y los nupis piensan que son descuidados con sus cosas, pero no, hoy confieso que todo lo que no saben “donde dejaron” lo ha cambiado de lugar alguno de mis colegas deditos. Yo lo hago cuando estoy aburrido, voy a la casa de un nupi y hago travesuras, mientras ellos intentan buscar respuesta a lo extraño que les pasa en fantasmas y seres sobrenaturales cuando realmente somos los deditos, los mismos que hacemos ruidos en el tejado y los Nupis al no saber que pasa dicen que “la madera suena” jajaja, o cuando supuestamente sueñan pesadillas realmente estamos a su lado contándole historias tenebrosas en su oreja, y ellos la imaginan…hasta que se despiertan y se acaba la diversión.
Es importante explicar porque nos llamamos “deditos”: Somos muy pequeños, pero tenemos los dedos especialmente pequeños, un poco desproporcionados al tamaño de nuestro cuerpo, pero no quiero que nos juzguen por ello, ya que es lo único raro que tenemos…ah casi lo olvido, y tenemos cola! Como un mono tenemos una colita pequeña que nos sirve para agarrarnos de las ramas de los árboles que es donde vivimos.
Toda mi aldea vive en un pino de el parque central de un pueblito en Italia, donde hacemos un agujero en la base del árbol como entrada, y de ahí empezamos a cavar por dentro, haciendo que el árbol quede prácticamente hueco y en él hacemos unos “pisos” y en cada uno de ellos vive una familia, la mía se compone de tres personas, mi esposa llamada Chintonita, mi hijita que se llama Witi y yo (Piky).
Con quien peleaba al principio de esta historia era con Chintonita, es que le incomoda que duerma hasta tarde, y me despierta con una corneta muy cerca al oído, no me gusta que lo haga y por eso peleamos, pero no es grave, de hecho es por el único motivo que lo hacemos, de resto nunca peleamos ya que nos entendemos muy bien, es hermosa y le gusta hacer lo mismo que a mí, además de trabajar juntos: construimos casas para deditos, algunas sencillas y otras muy lujosas, por eso nosotros vivimos en el pent house del pino, construido con nuestras propias manos.
Ahora que ya sabes quiénes somos y como vivimos, te contaré porque hoy es un día tan especial; depronto para ti sea un día cualquiera, pero para los deditos es el día mas importante del año, hoy es el día de Triktolis, y eso significa que todos los deditos salimos a las calles a cantar nuestra canción, no entiendo porque los nupis no pueden hacer algo similar, donde se reúnan todos y hagan algo juntos, se reúnan para hacer algo bueno, pero su manera de ser no se los permite, nadie se pone de acuerdo con nadie, en sus corazones hay mucha envidia y maldad como para hacer este tipo de eventos, donde dejen a un lado las armas y la violencia para algo tan sencillo y bonito como cantar juntos, pero por tercera vez diré que no quiero dañar mi día, entonces no hablemos de ellos. Hoy, día de Triktolis cantamos una canción que la hicieron nuestros ancestros hace muchísimos años y es costumbre salir en la noche una vez al año, nos reunimos y cantamos a una misma voz; es un estribillo pequeño pero muy bonito y con ello nos unimos cada vez más, por eso somos tan pacíficos y bondadosos, y aunque somos muy pequeños en tamaño tenemos un corazón gigante donde la maldad no tiene cabida, esta canción dice mucho de ello y nos hace sentir muy bien. No puedo evitar cantarla y voy a indicarte un poco de ella…dice más o menos así:
“…Triktolis triktolis hoy es día de triktolis
Triktolis Triktolis canto para ser feliz
Somos deditos muy pequeños
Pero cumplimos todos tus sueños
Tengo un corazón gigante
Y de alegría desbordante!...”
En verdad es muy bonita y hoy la cantaremos, ya falta muy poco tiempo; había esperado tanto este día que ya me puse mi traje elegante para ir a festejar.
“Chintonita!! Witi!! Ya es hora de ir…no olviden nada y afánense que se nos hace tarde”, en el fondo sé que todavía queda tiempo, pero no quiero que nos atrasemos por ningún motivo.
Por fin hemos llegado y hay mucha gente, todos muy elegantes y sonrientes como siempre, hay niños y ancianos, jóvenes y jovencitas todas muy lindas, definitivamente este día es maravilloso; como siempre el líder de la marcha advierte lo mismo: “Tengan mucho cuidado con los Nupis, podrían vernos y sería fatal”, aunque todos lo sabemos es necesario advertirlo, pues se arruinaría toda nuestra cultura si alguno se dejara ver, hemos existido millones de años sin ser vistos, no creo que nadie sea capaz de derrumbar tan magnífica cuestión.
Qué bonito es ver a todos reunidos y encontrarse viejos amigos, para abrasarse, decirse cuanto se extrañan y hacer el mismo chiste de todo dedito de buen humor: “oh cuanto has crecido”, es gracioso, todo el mundo sabe que nosotros no crecemos, nacemos de un tamaño y morimos en cientos de años del mismo tamaño.
Me duele la garganta tanto cantar esta linda canción, pero sigo con tanta alegría de hacerlo que es lo que menos me importa; por ahora solo hay que preocuparse por no dejarse ver por los Nupis…
“Cuidado Piky!! Mira detrás de ti! Escóndete!”
“Por todos los dioses…lo han visto! Es un niño y lo ha visto! Se ha quedado paralizado…mira eso, no se puede mover, Piky está completamente inmóvil…pero que hace? Acaso está hablando con aquel niño, que le dice?, lo ha arruinado todo! Cientos de siglos de haber escondido a los deditos para que precisamente en Triktolis lo vean”
[Piky piensa: “No se que hacer ni que decir”]…mmm…hola amigo cómo estás?
[El niño grita despavorido]: (“mamá un duende!”; pero su madre no le hace caso).
No no cálmate! No soy un duende, no te voy a hacer daño, soy como una hada madrina! Pero hombre…jejeje y vine aquí para cuidarte y aconsejarte.
[El niño lo queda viendo y vuelve a gritar]: (“mamá!! Un duende me está hablando y me quiere asesinar!”)
No es cierto!!! No soy ningún duende! Ni te quiero asesinar! Solo quiero cuidarte! Déjame hablar contigo…
[El niño estaba tan asombrado que no dejaba de gritar]: (“mamá me quiere hacer daño!!”)
No veo más alternativa querido amigo… [Trepó hasta su cuello y le amarró la boca con una pequeña bandera que cargaba para el desfile].
[El niño lo mira fijamente, aún muy asustado, pero sin poder gritar]
Mira entiéndeme de una vez por todas! No soy ningún duende ni quiero hacerte daño…lo único que quiero es mostrarte que soy un a personita buena que te va a proteger de lo malo que te pueda pasar, nada más! Hagamos algo: Te quitaré la bandera de tu boca, pero debes prometer que no harás ruido y me vas a dejar explicarte lo que ocurre, está bien?
[El niño asiente la cabeza con ojos muy asustados, afirmándole que no va a hacer ruido]
Ok, te la quitaré, confió en ti! [Trepa de nuevo hasta su cuello y le quita la bandera] ya está, ahora solo dejarme hablar contigo; mira me llamo Piky, soy tu….no sé cómo decirlo…tu “hado madrino” o algo así, y mi intención no es hacerte daño, solamente cuidarte! Nada más…
(“mmm bueno, mi nombre es Mike, pero porque eres tan pequeño?, acaso eres un duende o vienes de otro planeta?”)
No, simplemente que me he ocultado muy bien de ti, por eso no me has visto, pero no soy de otro planeta, y los duendes no existen, por tanto no soy uno de ellos.
(“Ok, te creo, pero…donde vives? O de dónde vienes?”)
Vivo en el bosque y me han enviado a cuidarte y protegerte de todo lo que te pueda pasar, darte buenas energías para que todo te salga bien…y si lo ibas a preguntar, si tengo poderes mágicos…
(“Está bien, cuando requiera ayuda de ti, deberás estar cuando lo necesite, esa es tu función o no?...por ahora iré a casa que ya es muy tarde, imagino que no debo contarle a nadie sobre esto, por lo tanto quédate tranquilo que no lo haré…por cierto tengo un par de cosas que hacer y necesitaré de tu supuesta “buena energía “y tus poderes mágicos; nos vemos pequeño amiguito”)
Si! Nos veremos pronto, pero recuerda no contarle a nadie, y estaré ahí cuando lo necesites…hasta pronto.
[Al llegar de nuevo a la aldea…]
Lo siento!! De verdad lo siento! No vi que estaba detrás mío…pero no más! No quiero que me critiquen y me insulten más…estoy cansado que todo el mundo me diga lo tonto que fui, frases como “Piky eres la peor creación en el mundo, dañaste toda nuestra cultura” ó “Piky sería mejor que te vayas de este mundo, nos harías un gran favor” no quiero que me digan más eso!
Por ahora solo me queda la tristeza de arruinar el día más importante del año, y de haber tirado al piso siglos de una tradición mística, que mal me siento, es más, no soy capaz ni de mirar a los ojos a mi propia hija!, aunque en el fondo fue interesante haber hablado con un Nupi…
A veces pienso qué se sentirá ser tan grande como ellos, me gustaría preguntarle a aquél niño que conocí ayer en la noche, ahora ya no hay nada que hacer, de todas maneras él ya me vio y ya sabe sobre nuestra existencia, incluso estoy pensando en ir a hablar con él y contarle la verdad de todo esto, y que deje de pensar que soy su “hado madrino” o como se diga, y que sepa también que no tengo ningún tipo de poder mágico o puedo dar buenas energías…Si!! Lo he decidido, iré a hablar con Mike y le contaré toda la verdad, al fin y al cabo me dijo que no le diría a nadie, y parece un buen Nupi, no como los demás; de alguna manera este pequeño niño ha logrado en pocos segundos que confié en el!, pero y donde lo encontraré? No se siquiera donde vive y no es el único Mike en el mundo! Que haré? Quisiera encontrar una solución pero no la encuentro; Tengo una idea!! Le diré a Witi y a Chintonita que me ayuden a buscarlo! Eso es!
Chintonita!, Witi!, necesito hablar con ustedes dos: En primer lugar pido disculpas por no haberme dado cuenta que había un niño detrás mío y que me haya visto, al igual que haber hablado con él. Pero pido también me presten un poco de atención y me crean lo que les voy a decir: se que suena extraño pero es así!..Hablé con ese niño que se llama Mike y no es tan mala persona, es muy buena gente, un poco miedoso pero muy bondadoso y amable, y tengo muchas ganas de volver a hablar con él, de pronto él sea la solución a mejorar y a replantar el bosque donde vivimos, pues los árboles están bastante viejos y en cualquier momento pueden caer al piso y matarnos a todos. Él si podrá hablar con mas Nupis para que juntos y uniendo fuerzas, vuelvan a plantar un bosque en el parque para que futuras generaciones de deditos puedan vivir en él. Les parece buena idea si me ayudan a encontrarlo y a plantearle ésta cuestión?
(“mmm padre, es que no sabría como actuar frente a un Nupi, y estaríamos incumpliendo con lo más sagrado de la ley deditos”)
No hija mía, tranquila, ya verás que todo dedito nos lo agradecerá
(“Está bien, pero y donde lo buscaremos?”)
Por toda la ciudad, nos dividimos cada sector y lo buscamos hasta encontrarlo, te parece?
“Bueno, yo iré hacia el norte, por cada casa buscando a este tal “Mike”, y tú madre, ve hacia el sur, por último, tú padre, busca aquí alrededor del parque y en la zona central de la ciudad que es donde posiblemente estará”
Si Witi!! Muchas gracias por tu colaboración! Empecemos de una vez!
[Buscaron y buscaron durante tres semanas, sin encontrar rastro alguno de Mike, y cuando estaban a punto de desistir…]
(“Míralo padre! Ahí está! Es él! Y está entrando a su casa…puedes alcanzarlo y decirle todo lo que tienes que decirle…corre Piky! Corre!”)
Mike!! Mike!! Puedes oírme Mike?! Acá abajo!!
[Mike se voltea sin mirar a nadie y sigue caminando]
Mmmm que hago para que me mire??...ya sé!.. [Coge una piedra y se la tira en la cabeza]
(“Ouch!! Quien fue?!!”)
Acá abajo!!
(“Aaaa hola pequeño amigo! mmm como es tu nombre? Piky? Entonces no eras una ilusión como pensaba…en verdad existes!…”)
Si! Obvio que existo y quería decirte toda la verdad y hablar contigo…mira algo: No soy ningún “hado madrino” ni tengo poderes mágicos, ni doy buenas energías!!...soy tan normal como tú, simplemente un poco más pequeño, con dedos muy enanos y colita…nada mas…pertenezco a la especie de los deditos y nadie en el mundo nos conoce excepto tu, estamos en todas partes y nos gusta hacer travesuras a ustedes los humanos, existimos hace mucho tiempo y somos una especie más, como cualquier otra!! [Suspira del cansancio de decir todo tan rápido]
(“Oh!! De veras? Hay otra especie que aún no se conoce? De pelos!!! Pero…mmm…cuéntame más!! Como viven? Donde viven? Como se aparean? Cuéntame todo!!”)
Yo te contaré…pero otro día, por ahora necesito que hagas algo por mi…nosotros vivimos en árboles en el parque central y en el que vive mi aldea está a punto de caerse porque es un pino de muchísimos años; tu, al ser mucho más grande y fuerte y poder hablar con más de tu especie nos puedes ayudar…
(“si Piky…dime qué debo hacer y seguro lo haré!)
No es algo muy difícil…simplemente tienes que plantar un pino cerca a donde vivimos y ya está, si pudieras conseguir un roble te lo agradecería en el alma…pues son mucho más resistentes! Y poco a poco ir plantando un bosque para futuras generaciones de deditos.
(“No hay ningún problema, mañana mismo lo haré, pero…no podré solo, necesito de la ayuda de alguien…”)
[Hay un silencio incomodo pero Piky se decide a hablar] Les diré a los de mi aldea que te ayuden, se que la idea no les va a gustar mucho, pero haré hasta lo imposible porque lo hagan…
(“Mas chiquitines?...jeje será divertido, hoy conseguiré el árbol y mañana estaré muy temprano en el parque central”)
Está bien muchas gracias! Y hasta mañana…
[Al otro día en la mañana]
(“Piky!! Piky!! Dónde estás? Ya llegue con el árbol! Donde lo debo plantar?)
[Mike sabe que algo no anda muy bien…y mira el árbol central ya en el piso y muchas personas a su alrededor sacando leña]
(“Noooooooooo, en aquel árbol estaban cientos de deditos!! Asesinos!!”)
[Todo el mundo lo mira como si estuviese loco y siguen talando el árbol, pero Mike se interpone entre la sierra y el pino, impidiendo el trabajo de los leñadores y contándoles la historia que en aquel árbol vivían muchas “mini-personas” y que les estaban destruyendo su hogar.
Nadie le creía hasta que de repente salen poco a poco cientos de deditos de cada lugar del parque, de los árboles, de las ramas, de la hierba y entre la leña del árbol]
[Con el asombro de todas las personas, el grito de algunas otras y los titubeos y desmayos del resto, los deditos se acercan y sin decir nada, empiezan a cavar en la tierra un pequeño huequito, donde tras los pequeños trabajadores vienen otros seis deditos cargando en hombros al pequeño Piky, quien había sufrido una grave herida por la sierra que cortó el pino y lastimosamente había fallecido]
(“Nooooooo!! [Con lagrimas en los ojos Mike lamenta lo sucedido] no es justo!! Era una muy buena persona! Porque lo mataron? No les ha hecho ningún daño!!”)
[Todos en medio de la confusión abrazan a Mike y piden excusas por lo que había sucedido, que nunca fue su intención haber hecho eso y piden al resto de deditos que pidan lo que sea para de alguna manera recompensa la muerte de Piky]
[Uno de ellos dice que la muerte de semejante persona no se recompensaría de ninguna manera, pero que ya que se ofrecían a hacer lo que sea, pide que siembren todo el parque de robles muy fuertes para que vivan futuras generaciones de deditos]
[Sin decir absolutamente nada, empiezan a sembrar arbolitos en todo el parque y con la ayuda de los deditos formaron un gran bosque que con el paso del tiempo se convirtió en un parque-museo, donde gente de todo el mundo iba a ver y apreciar los pequeñas personitas]
Con el paso del tiempo, los deditos se dieron cuenta que los humanos o Nupis, no eran tan malos como creían y fueron conociendo cada día mas Nupis, haciéndose conocer en el mundo en muy poco tiempo. Salían casi a diario en los medios de comunicación de todo el mundo y así fueron haciéndose muy amigos entre Nupis y deditos colaborándose en muchas cosas, los deditos enseñando a cuidar la naturaleza y los Nupis ayudándolos a construir sus casas y a alimentarlos cuidándolos de todo lo que les podía pasar por su pequeño tamaño.
De esta manera concluye esta historia, donde Nupis y deditos no solo son ahora especies muy unidas y colaboradoras si no también comparten muchos momentos juntos…
Pues en el fondo todo Nupi tiene un pequeño deditos en su corazón.

Fin

Locuralandia

En algún lugar muy muy lejano existía un pueblo llamado locuralandia y era bastante singular, pues estaba compuesto de personas completamente distintas entre sí y muy irregulares. El carpintero era un dedo de chimpancé, el médico del pueblo, un anillo de rey, la maestra de escuela era una oxidada aguja, el ricachón era un tintero y ni que decir de el mecánico, pues era un bolsillo de chaqueta, así mismo habían muchos personajes igual o más extraños que estos.
Había también un viejo zapato llamado Zapatiño a quien casi nadie quería en el pueblo, pues no era egoísta y malhumorado como todos los demás, era un anciano muy solidario y bondadoso, generoso y muy sonriente a pesar de su rechazo, nunca se negaba a hacer un favor ni a escuchar a alguno de sus vecinos contar sus historias de peleas y problemas todo el día, algunos dicen que tenía un corazón tan grande que después de recibir muchos insultos y burlas de los demás, rezaba al dios oreja para que los cuidara y los perdonara por lo que habían dicho.
Algún día hubo un zancudo que llegó al pueblo bastante creído y malgeniado, y por estas características tan dañinas fue muy bien acogido por el pueblo, hacía maldades en todo lugar y los demás se lo festejaban, todo el mundo lo tomó como su héroe, incluso salían juguetes alusivos a su maldad los cuales eran comprados por todos los pequeños relojitos del lugar con permiso de sus padres…
A Zapatiño nunca le gustó la actitud del zancudo, y a pesar de estar prácticamente acostumbrado a compartir con gente como él, era tan malo, que le aborrecía tan solo pasar a su lado, además de que le hacía, en especial a Zapatiño, las peores burlas y bromas pesadas; Se cuenta que una vez le escondió sus cordones por lo que Zapatiño tuvo que salir desnudo a buscarlos por todo el pueblo, y que un día lo picó tantas veces que tuvo que estar casi dos semanas en el hospital en cuidados intensivos; En fin, zancudo era de verdad muy malo.
Se acercaban las elecciones del rey de locuralandia y había tan solo un candidato: zancudo, pues tenía tanto apoyo del pueblo que nadie se atrevió a ser su contrincante, no solo por el miedo que le tenían, si no también por prometer hacer del pueblo el peor de los infiernos, lo cual era muy llamativo para los detestables ciudadanos de locuralandia.
Zancudo estaba tan seguro de ganar que ni siquiera hizo campaña, y lastimosamente así fue; Por mayoría de votos se postuló como el nuevo rey de locuralandia, y la expresión: “mayoría de votos” es tan solo un decir, pues el único voto en blanco fue el de Zapatiño quien ese mismo día, mientras los demás festejaban, bailaban y se embriagaban por la victoria de zancudo, lloraba pidiéndole al dios oreja que ocurra algo con el fin de que no siga haciendo maldades en el pueblo y más aun siendo ahora el que tenía el poder.
Zancudo se tomo muy en serio el hecho de tener el poder total sobre los ciudadanos de locuralandia y por ello hizo con ellos lo que quiso, nunca hacía nada para solucionar los problemas de las personas ni por mejorar su calidad de vida, si no, por el contrario las empeoraba cada día más, y con el paso del tiempo la gente se empezó a dar cuenta de lo malo que era, y la pésima idea que había sido haberlo escogido como rey, aunque todo el mundo se había resignado a soportar todas sus ocurrencias y mandatos absurdos pues era tal el miedo que le tenían que nadie se atrevía a contradecirlo.
Algunos días después, la gente se amontonó alrededor de la casa de Zapatiño, quien era el más sabio en el lugar, a pedirle que por favor los ayude a pensar que hacer frente a tal demonio, y Zapatiño sin pronunciar muchas palabras se acercó al castillo de zancudo y lo aplastó con su fuerza, ya que era muy malo pero a la vez muy débil, cuando cayó muerto la alegría del pueblo era tan grande que inmediatamente la gente postuló como nuevo rey a Zapatiño, lo cargaron en hombros y pidieron perdón por todas las ofensas contra él, incluso estaban tan agradecidos por lo que había hecho que casi todo el mundo le llevo grandes regalos.
El tintero le regaló unos cordones nuevos, muy lujosos por cierto, a lo cual Zapatiño le agradeció mucho, pues los que tenía ya estaban muy viejos y desgastados, la oxidada aguja le regaló un gran frasco de betún pues ya no tenía con que bañarse, el dedo de chimpancé le regaló una suela nueva que le sirvió de mucho, a su edad los pies ya estaban bastantes desgastados, y así todo el mundo, Zapatiño recibió muchísimos regalos y perdonó a todos por sus ofensas, aunque aclaro que no quería ejercer el papel de rey, pues no estaba bien que alguien tuviera más poder sobre los demás.
Zapatiño les propuso algo a todos, les dijo que en vez de escoger un rey que pudiera mandar a los demás, todos en conjunto pudieran tomar las decisiones para su propio beneficio, acordando de que manera proceder para no afectar a nadie en lo que se vaya a hacer, entonces todos estuvieron de acuerdo y celebraron la buena idea de Zapatiño; cada fin de semana se reunía todo el pueblo y discutía los temas de interés social, y poco a poco Zapatiño se convirtió en un buen líder a quien todos lo escuchaban y aprendían de su sabiduría, y locuralandia se volvió el pueblo más feliz del mundo, con la gente más amable y mas sonriente que jamás ha existido!

Cosas de Niños

Esta no es una historia como cualquier otra, en esta historia no existe el típico enemigo que al final termina siendo derrotado por algún personaje inesperado que por supuesto no tenía ninguna oportunidad de hacerlo.En un pequeño pueblo muy lejano de la urbanidad, existía una pequeña familia como cualquier otra, en la que lo tradicional y lo campesino se mesclaba de una manera mágica, todo fluíanormalmente, excepto por un pequeño detalle, Santi, el pequeño consentido de la familia tenía una extraña enfermedad que poco a poco consumía su vida a tan solo 6 años de haber visto la belleza mundo.
La familia se componía de tres personas: Jaime, el padre, quien velaba por conseguir lo suficiente para obtener la deseada felicidad de su familia, muchas veces sin tener éxito en tan excepcional tarea; Santi, una criatura tan feliz que era casi imposible creer que supiera de la grave enfermedad que tenía, y por ultimo un personaje bastante singular: don Joaquín, el típico abuelo alcahuete que a sus 83 años tenía el mismo ánimo infantil que su sonriente nieto, empeñado en darle a Santi lo que en medio de su pobreza podía darle; Lo más irónico en esta historia, es que el único enemigo que existía era la terrible enfermedad de Santi la cual solo sería curada con una cirugía tan costosa que la resignación de la familia era evidente desde el día en que se enteraron de su utopía.
Algún día mientras Jaime cultivaba la tierra, Santi se acercó con su abuelo gritando y saltando de felicidad, corrían de un lado a otro y con una sonrisa tal, que sin duda eran los niños más felices del mundo, uno de 6 años y el otro de 83; en medio de su desesperación por no poder trabajar en paz, Jaime regaño fuertemente a Joaquín: “papá ya estas bastante viejo y desgastado como para seguir jugando con un niño, vete a la casa y duerme, que tal vez, nunca más despiertes”.Con lágrimas en los ojos Joaquín le respondió: “si Jaime, sé que no tengo edad para seguir con estas cosas tan infantiles, ni tú tienes tiempo para escuchar cosas de niños” y se fue a acostar.
Con mucha paciencia Santi espero sentado sobre una roca toda la tarde hasta que su padre terminara de trabajar, insistiéndole en que tenía algo importante que decirle, a lo cual Jaime no hacía caso alguno, pues estaba empeñado en terminar su trabajo, y cuando lo hizo ya eran muy altas horas de la noche por lo cual Santise había quedado dormido, Jaime se le acercó y junto a él encontró un examen del médico en el cual afirmaba que la enfermedad de Santi sería curada en muy poco tiempo, pues una gran empresa se había compadecido del pequeño y había regalado la cirugía que necesitaba. Pronto Jaime se dio cuenta que las “cosas de niños” de las que hablaba su padre, era la mejor noticia que seguramente recibió en toda su vida. Desde aquel día, Jaime dedicó absolutamente todo su tiempo en escuchar las cosas infantiles que decía Santi, pues eran a su vez las palabras más sabias que ningún gran pensador había pronunciado!